martes, 10 de enero de 2012

Una fantasía cumplida


Hola, esta es la primera vez que escribo aquí aunque sí es verdad que he leído varios relatos y, de hecho a partir de ellos, es como fui capaz de hacer realiadad una fantasía que teníamos tanto mi mujer como yo.
Nosotros somos un matrimonio que estamos en la treintena, llevamos casados desde los 19 años y tenemos dos hijos. Desde que nos casamos siempre hemos hecho prácticamente de todo, en cuanto al sexo se refiere, salvo estar con otras personas, puesto que no lo hemos necesitado. Desde hace un par de años, mientras veíamos una película porno donde una chica lo hacía con varios hombres a la vez, tanto a mi mujer como a mí nos vino la curiosidad de que ella lo hiciese conmigo y con otro. Mientras estábamos viendo la escena, ella comentó que suerte que tiene la chica esa, yo la pregunté porqué, si a ella la gustaría estar en su lugar, y respondió con un sonriente claro que sí. Nunca antes habíamos hablado de la posibilidad de hacer un trío. A mí al principio no me gustó mucho la idea, pero ese día hicimos el amor como nunca. A partir de ahí, mientras follábamos, la comentaba si la gustaría chupársela a otro mientras se la estaba yo metiendo y ella respondía que sí, que por supuesto. Pero siempre pasaba lo mismo, después de follar, ni hablar del asunto. Siempre dice que eso no lo va a hacer, que es una fantasía y ya está, no tiene vergüenza para pedírselo a otro ni siquiera insinuarlo. Hemos fantaseado mientras lo hacemos, que hay algún amigo nuestro, con el cual se lo hace, que le invitamos a nuestra casa, y que se lo hace con los dos, pero ahí quedaba eso.
El pasado verano, ha adquirido un vibrador, y casi siempre que lo hacemos, yo la penetro por el culo mientras ella se lo mete por el coño, y así llega a un orgasmos que antes no conseguía.
Yo veía que ella tenía ganas de hacerlo con dos, y no terminabamos de dar el primer paso, y no se nos planteaba la ocasión, a través de un relato de esta página, se me ocurrió poner un contacto en una página de contactos. La idea era quedar con algún hombre para hacerlo, sabiendo ya a lo que se iba, aunque mi mujer no estaba de acuerdo por la timidez que tiene, asique modifiqué el contacto que puso, para que no sospechase nada mi mujer. La idea era quedar con un hombre y fingir ser amigos o compañeros de trabajo. 
Obviamente, al mensaje respondieron varios hombres. Seleccione a uno que envío un correo que me convenció bastante, no me parecía el típico vulgar y, además enviaba una foto donde se le veía bastante bien al hombre, con una herramienta normal, pero el tipo se notaba que era educado. Contacté con él e intercambiamos varios correos. La idea era quedar en mi casa, que yo le invitara, como si fuese un compañero de trabajo, el cual pasaba por allí, y así mi mujer no tuviese ninguna sospecha.
Acordamos el día, se lo comenté a mi mujer,que había invitado a un amigo de trabajo para cenar y ver unos temas en su ordenador, que al parecer no le funcionaban bien. Ella no sospechó nada, simplemente preguntó qué amigo era, yo le respondí que uno que ella no conocía.
Entonces, la noche elegida, él llegó donde acordamos, salimos a buscarle al lugar concertado. Nos tomamos unas cañas y nos fuimos para casa a cenar. Durante la cena ella seguía sin sospechar nada, y él muy correcto, no se intentó propasar ni hacer ninguna mención al efecto, puesto que eso hubiese dado con el plan al traste. Después de cenar y acostar a los niños, nos fuimos para el sofá, le puse una copa y yo me tomé otra, hay que decir también que durante la cena, ya habíamos tomado una botella de vino entre los tres y, mi mujer que no está acostumbrada a beber, ya se había puesto algo contenta.
-Qué te parece mi mujer?.- le pregunté en voz baja al hombre, mientras ella acostaba a los niños.
-Está tremenda, tengo ganas de cogerla bien.-respondió él que no la había quitado el ojo de encima durante todo el rato.-a ver si hay suerte y quiere hacerlo.
-Ya sabes lo que habíamos hablado,nada de ir directos, que se echa para atrás.- le dije.
-No, no, pero bufff, a ver cómo me aguanto. Pero tranquilo, que no haré nada sin que me des tu consentimiento.
-Bueno, voy a ver qué está haciendo.- dije yo mientras me levanté del sofá y fui hasta la habitación donde estaba recostando a los niños. Cuando salimos de la habitación, en el medio del pasillo, la paré y la di un apasionado beso.
-qué haces?.-me preguntó entre susurros, pero se notaba que la había gustado.
-tú qué crees.- le dije yo mientras la volvía a besar y la sobaba por todas partes.
-Para, que está ahí tu amigo.- dijo ella pero sin oponer resistencia.
-quieres que se una.-la dije sin parar de hacer.
-estás loco.-mi dijo.
-bueno, pues nada, a ver si se va, tu si cambias de opinión me lo dices y así te follamos entre los dos.- la dije, mientras me separaba de ella y nos dirigiamos al salón donde él estaba.
Esto había hecho que ella se pusiera calienta con la situación, puesto que era algo que ella ´deseaba.
Una vez en el salón, nos pusimos algo de beber, estuvimos los tres hablando durante un buen rato, fingiendo que nos conocíamos del trabajo y hablando de cosas sin importancia. Mi mujer permanecía sentada en el medio de los dos, mientras las copas iban cayendo una tras otra. Yo observaba que ella cada vez estaba más nerviosa, los efectos del vino de la cena y lo que estaba tomando ahora, y la mano mía que no paraba de sobarle las piernas, la estaban volviendo loca. En un momento que nuestro "amigo" dijo que quería ir al baño, ella mi dijo, para que me estoy volviendo loca, tengo ganas de follarte, dile que se marche, me dijo con una cara de lujuria que me hizo derretir.
-Y para qué quieres que se marche. No querías follar con dos, esta es tu oportunidad, no ves que él también quiere follarte, no ha parado de mirarte desde que llegó.- la dije yo mientras la sobaba los pechos por encima de la ropa.
-No, quiero hacerlo contigo.- me dijo mientras me besaba en la boca con fuerza.
En ese momento llegó nuestro amigo y se sentó a nuestro lado como si nada, nosotros dejamos de besarnos y continuamos hablando. Pero ya la conversación se fue tornando un poco más caliente. Él fue haciendo comentarios de la suerte que tenía de estar con una mujer como ella, que estaba muy buena y esas cosas. Ella decía que no, que estaba normal. Él dijo, de eso nada, tienes un cuerpazo de impresión, anda que no daría yo por follarte. Esto la dejó sin palabras a ella.
-Ves, qué te decía yo, está deseoso por follarte.- la dije yo riéndome y ella no respondió.
-¿por qué dices eso?.- preguntó nuestro amigo.
-porque antes la dije que no habías parado de mirarla y que sino estuviese yo aqui te la follarías.- le respondí yo.
-bufff, pero sin dudarlo, incluso estando tu aqui.- dijo él ya sin cortarse.- es que está para comerla.
-la verdad que sí, y eso que no has visto nada de nada.-dijo yo entre risas.
-no la verdad que no, si no enseña nada no lo veo, aunque sí se nota, bufff, vaya que si se nota.-dijo él entre risas.
-es que siempre va muy tapadita.-dije yo.
-hombre, pues si me enseña algo, yo por mí no protesto.-rió él.
-no sé, eso se lo deberías de preguntar tú a ella.- dije yo.
-me enseñas algo?.- preguntó él a mi mujer.
-qué quieres que te enseñe?.- dijo ella después de unos instantes sin saber qué hacer, pero yo conocía bien a mi mujer y sabía que ella estaba bien caliente y la situación la gustaba y quería que realmente pasase algo esa noche y, ella después me confesó que cuando los dos hablamos así sabía que esa noche por fin iba a poder hacerlo con dos hombres a la vez,lo que ella tanto había soñado.
-hombre, pues las tetas, no estaría mal.- dijo él, que se incorporó un poco en el asiento.
-quieres que te las enseñe?.- preguntó ella con voz ya provocativa.
-pues sí.-dijo él bien atento.
-y tu qué dices, puedo enseñarle las tetas?.- me preguntó a mi.
-claro que puedes, haz lo que quieras.- le dije yo que ya estaba impaciente por follarmela.
Mi mujer, que llevaba puesto una camiseta, con poco escote, y con tres botones, desabotonó los tres botones, muy despacio y mirando al hombre, después se bajó el escote para dejar entre ver el sujetador por entre la blusa, a continuación, con una mano, se sacó un pecho por encima del sujetor, quedando el pezón a la vista.
-te gusta?.- le preguntó mi mujer a él.
-está muy bien.-dijo él revolviéndose en el asiento impaciente, aunque se ve poco.
-quieres verlo entero eh?,- preguntó ella provocativamente.
-Pues sí, a ver cómo lo tienes.- respondió él.
Entonces ella, se quitó el sujetador, sin quitarse la blusa y dejó al descubierto sus tetas por entre los botones de su blusa y se los mostró a él. 
Nuestro amigo, ya en ese momento, estiró la mano, y las sobó con ambas manos. Mi mujer ya sabía lo sucedería a continuación y estaba deseándolo. Yo, por mi parte, al estar tan cerca de ella, la tocaba la espalda con la mano y la deslizaba hacia abajo y hacia arriba, haciendo que ella, se calentara más. Mientras nuestro amigo seguí sobándola los pechos, yo con una mano, la fui metiendo entre los pantalones de ella, llegando a su coño que estaba ya empapado. La desabroché los pantalones y se los bajé al suelo junto con las bragas, para ese entonces, nuestro amigo, la había recostado sobre el respaldo del sofá y la estaba besando en las tetas y sobándola bien los pechos con las manos.
Cuando la bajé los pantalones y las bragas, mi mujer solo quedó con la blusa puesta. Me coloqué de rodillas, entre sus piernas y me puse a comerla bien el coño, eso la vuelve completamente loca. Después de un rato, mientras yo la comía el coño y nuestro amigo la comía las tetas, ella estaba como loca, con su mano buscaba la bragueta de nuestro amigo para tocarle su verga. Éste se hechó a un lado, se bajó los pantalos y saltó como un resorte su verga, que estaba ya completamente erecta. Ella se quedó mirándola mientras él se acercaba. Se colocó en el posabrazos del sofá, para que ella, tumbada en el sofá y yo comiendola bien el coño, pudiese chupársela a él. Así estuvimos un buen tiempo. Ella le chupaba con ganas y eso se notaba. Estábamos los tres a mil por hora. Yo también quería mi ración de chupada, pues me encanta que me la coma. Me levanté y él entendió mi intención. Cambiamos los papeles. Y antes de que yo llegase a la altura de ella y que se la pusiera en la boca, él ya se la había metido hasta el fondo y de una sola vez a ella en el coño. Mi mujer dió un pequeño grito y enseguida lo ahogó cogiéndome la verga y comenzando una tremenda chupada. Nuestro amigo se la metía deprisa y bien fuerte, hasta que ocurrió lo que parecía que iba a ocurrir, él sacó rápido la polla del interior de su coño y casi sin darle tiempo, soltó un chorro de semen encima del coño de mi mujer. Ella gritó un noooo, porqué tan pronto.
- tranquila,que esto es solo el principio.- dijo él que se hizo a un lado.
Ella seguió chupándomela durante unos instantes más, hasta que yo ya no pude más y me coloqué frente a ella, para metersela también, pero esta vez por el culo. La día la vuelta, me coloqué tras ella y se la fui introduciendo poco a poco en el ano. A ella no la gusta mucho, pero ese día era diferente y estaba deseándolo. Cuando la tuvo insertada completamente, comencé el movimiento de entrada y salida. Nuestro amigo, se colocó de frente a ella, con la polla otra vez tiesa, y se la dió a mamar. Permanecimos follando en esa postura durante varios minutos. Los dos estábamos tumbados y nuestro amigo, de rodillas sofre el sofá con la polla en la boca de mi mujer. La pregunté al oído entre susurros, sin dejar de follarla, si quería probar las dos a la vez, sabiendo perfectamente la respuesta. Ella gimió que sí. Entonces, acto seguido, sin sacarla de su culo, nos acomodamos en el sófá sentados, nos recostamos un poco, para que quedasen las piernas fuera del sofá. Era la primera vez que íbamos a hacer la doble penetración y tampoco sabíamos muy bien cómo ponernos. Pero esa parecía la postura ideal. Nuestro amigo se acercó, con la polla bien tiesa, se la agarró con una mano, colocándose entre las piernas de ella y mías, que permanecían abiertas, y se la fue introduciendo poco a poco, mientras ella gemía y se mordía los labios de placer. Yo notaba perfectamente, a través del culo de mi mujer, cómo nuestro amigo se la estaba metiendo. Cuando ya casi la tenía del todo adentro, se quitó la mano con la cual estaba agarrando su polla para ayudars a meterla, y puso ambas manos, en los muslos de ella, para agarrarse y tirar de ella hacia él para metersela bien. Mi mujer ahora tenía clavadas hasta el fondo las dos pollas. Permanecimos así durante unos instantes en los cuales ella no paraba de gemir. El dió varias embestidas suaves, mientras que yo permanecía inmóvil, ya que esa postura no es muy cómoda para hacer muchos movimientos. Después, él colocó una mano en uno de los muslos de ella, para ayudarse en el baivén de mete saca y con la otra la sobaba los pechos.
Durante varios minutos permanecimos en esa posición. Mi mujer parecía hecha un sadwinch por los dos. Los movimientos se fueron acelarando cada vez más y más, y ella cada vez gemía con más fuerza. Se había corrido tres veces. Hasta que yo descargué todo en su culo, aunque seguí con ella dura bien dentro, así hasta que pasados unos minutos nuestro amigo volvió a correrse, esta vez dentro de su coño.
Después de unos instantes, todavía con las pollas dentro, nuestro amigo se salió de ella y se sentó a nuestro lado, mi mujer por su parte se quitó de encima de mí y cayó exhausta a nuestro lado.
Pasados unos minutos, donde ya estábamos algo más relajados, mi mujer confesó que había sido el mejor polvo que había echado en su vida, dijo que tenía todo doloría y que quería repetir. Y vaya que repetimos, durante el resto de la noche, lo volvimos a hacer, repetimos la doble penetración varias veces, es algo que la vuelve loca. Aunque también hay que decir, que después de dos corridas que yo había tenido, ya no tenía ganas de más, nuestro amigo se la folló él solo varias veces durante esa noche, algo que tampoco me gustaba a mi mucho, pero yo no daba para más.
Después de que se fuera, me confesó que la había gustado muchísimo y que quería repetir de nuevo otra vez, me preguntó que cuándo iba a invitar de nuevo a mi amigo. Y en eso hemos quedado, en volver a hacerlo otra vez los tres. Si eso sucede, ya contaré cómo se desarrolla la historia.

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